Kili-Kili nació en los oscuros años de la dictadura, tras un largo período de negación y sometimiento de la cultura y la lengua vascas, en la época en la que la sociedad empezaba a organizarse para recuperar sus señas de identidad.

La segunda mitad del siglo pasado fue una época de mucha vitalidad en el entorno de la iglesia de San Antón, donde se desarrollaron además de la catequesis, co­ros, grupos de danza, teatro y monte… Actividades todas muy dinámicas, vinculadas a la pervivencia y la transmisión de nuestra lengua y nuestra cultura. En ese contexto nació Kili-Kili. Un personaje infantil de seis años de edad que da nombre a una revista que, convertida en un gran proyecto, llegaba a todos los rincones de Euskal Herria con una producción editorial extraordinaria.

Aquel niño este año cumple 50 años; durante este tiempo ha producido, gestionado y coordinado innumerables activi­dades, publicaciones, excursiones, juegos, concursos… todo en pro del euskera. Aun siendo un método de aprendizaje y de trabajo, los términos juego, premio, alegría son los cimientos sobre los que se asienta este proyecto; lejos de los castigos, exámenes y prohibiciones.

El creador y alma mater de Kili-Kili fue Jose Antonio Re­tolaza. Su vida giraba en torno al euskera y al mundo infantil, además de su vocación religiosa y su afición por las danzas tra­dicionales. Junto a él, el arquitecto y artista Lander Gallastegi fue responsable de la parte creativa y de la imagen que proyec­tan todos los productos relacionados con Kili-Kili.

Esta exposición que presenta el Museo Vasco de Bilbao repasa, de la mano de Labayru Fundazioa, la trayectoria de Kili-Kili durante estos 50 años. La muestra se completa con la publicación de un catálogo que conmemora este aniversario, así como la proyección de un video editado por Labayru Fundación en 2014 y que recoge la historia de Kili-Kili.  

Acércate al Museo a celebrar con nosotros los 50 años de este gran movimiento que supuso Kili-Kili.