Mercaderes y Mercaderías
11 de Octubre del 2011 - 21 de Diciembre del 2011
A comienzos del siglo XVI y ante la competencia de la ciudad de Burgos, los mercaderes y mareantes de la villa de Bilbao solicitaron a la Corona castellana la confirmación de su autoridad y jurisdicción sobre los asuntos comerciales. En respuesta y por privilegio de la Reina Da Juana dado el 22 de junio de 1511, se crea el Consulado, Casa de Contratación, Juzgado de los Hombres de Negocios de Mar y Tierra y Universidad de Bilbao.
El consulado quedó sujeto al gobierno político y económico de la Villa si bien se regía por sus Ordenanzas desde 1531. Revisadas y modificadas con el paso de los años, la codificación de las Ordenanzas de 1737 les permitió ser elevadas a la consideración de fuente de Derecho Mercantil Marítimo.
Componían el Consulado dos tipos de gentes y actividades, los capitanes y maestres de naos, y los mercaderes y tratantes que eran los propietarios de las mercancías.
A través del puerto de Bilbao se canalizó la exportación de lana castellana y hierro vasco hacia Flandes, Inglaterra o Francia.
Bilbao fue así puerta para un comercio europeo que negociaba con las manufacturas textiles (paños, sedas, lienzos...), pero al que no fueron ajenos bienes de consumo, ar tículos de lujo e, incluso, obras de arte por lo que el comercio sirvió también para propiciar un trasvase de ideas, modas, gustos, estilos e, incluso, artistas y talleres.
El Consulado de Bilbao desaparece en 1830 al entrar en vigor el Código de Comercio de 1829.
En 1872 se crea la Junta de Obras del Puerto y comienza la gran transformación de la ría de Bilbao: la barra de Portugalete, el encauzamiento de la ría y los muelles de Uribitar te fueron hitos en esa remodelación. Un poco más tarde, el 28 de mayo de 1886 se constituye la Cámara de Comercio de Bilbao.