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UNA MESA REDONDA CON GRANDES ESCRITORAS EN EL MUSEO VASCO

 

La institución bilbaína organizó una velada en la que varias autoras que han participado en Estereoskopiak 16+16 hablaron sobre su proceso de trabajo en ésta exposición


 

El Museo Vasco celebró el pasado jueves 12 de enero una mesa redonda, moderada por Mari Jose Olaziregi, en la que las escritoras Karmele Jaio, Miren Agur Meabe y Laura Mintegi hablaron sobre las pautas que habían seguido a la hora de realizar los textos que acompañan a cada una de las fotografías de Eulalia Abaitua que pueden verse en la exposición actual Estereoskopiak 16+16.La tarde comenzó con una breve presentación de la Coordinadora del Museo Vasco, Sorkunde Aiarza. Tras sus palabras, el turno era para Mari Jose Olaziregi quien presentó a las autoras, habló sobre la fotógrafa Eulalia Abaitua y explicó cómo el Museo Vasco le propuso realizar la selección de éstas 16 autoras para realizar los textos para la exposición, un proceso que tal y como ella misma confesó resultó tarea muy sencilla.

En ese momento comenzaba una mesa redonda apasionante. Olaziregi formuló la primera de las preguntas a las escritoras que básicamente se resumía en cómo se habían enfrentado, de donde habían sacado la inspiración para el texto relativo a la foto que les había tocado. Según ella dijo, Maite Jimenez, técnica del Museo, le proporcionó todas las fotografías, pero fue ella la que decidió cuál iba a parar a cada una de las escritoras.

La primera en intervenir fue Miren Augur Meabe. Ella es de Lekeitio y le había tocado precisamente una foto de esa localidad; según contó el lugar en el que Eulalia había tomado la foto era, justamente, el sitio en el que ella suele colocarse en la playa de Isuntza, a primera hora de la mañana, para escribir. Esta primera coincidencia le condujo a una relación un tanto más personal con la fotografía y, después, investigando un poco sobre Eulalia descubrió que una antepasada de la fotógrafa también se apellidaba Meabe así que decidió que su texto iba tomar el formato de una carta y que la iba a tratar de prima, porque es un término que se utiliza mucho en Lekeitio tanto entre los familiares como entre los simples conocidos.

Decidió que la carta era la mejor fórmula para su texto, tanto por la cercanía de las coincidencias que había encontrado, como por el hecho de ser un género literario especialmente asociado a las mujeres y habitualmente considerado un género menor. Por último, explicó otra coincidencia más y es que durante su investigación sobre la vida de Eulalia había descubierto como ella tenía su estudio fotográfico en el sótano del Palacio del Pino, en Begoña y como, en la actualidad, lo que había sido el estudio fotográfico eran los quirófanos de una clínica oftalmológica en la que ella se había sometido a una operación ocular.

Después habló Karmele Jaio a quien también le había tocado escribir sobre una foto de Lekeitio, en este caso de la plaza. Karmele comentó que lo que más le había llamado la atención de la fotografía en un primer momento era que daba la sensación de tener una atmósfera y movimientos reales; que parecía que se podía percibir el calor de los cuerpos un poco sudorosos de los niños, su olor y que daba la sensación de que te veías atrapado en el círculo que forman mientras juegan y corren por la plaza.

Se dio la circunstancia, además, de que tanto las fotos de Miren Agur como la de Karmele Jaio estaban justo tras ellas durante la mesa redonda así que los y las asistentes podían seguir sus narraciones perfectamente, mientras veían las imágenes de Eulalia Abaitua.

La última en participar fue Laura Mintegi. Ella había puesto texto a una fotografía en la que se narraba una desgracia acontecida 1906. El gasolino que hacía la ruta entre Barakaldo y Erandio se hundió y ocho personas murieron en la tragedia. El acontecimiento tuvo además un tinte todavía más dramático porque estas gentes volvían a casa después de celebrar los carnavales y, al principio, cuando el gasolino comenzó a hundirse, las personas de ambas márgenes pensaron que sus gritos no eran de socorro sino de fiesta.

Laura contó como también en su caso hubo una suerte de coincidencia con respecto a la fotografía de Eulalia. Al fondo puede verse el palacio Lezama Legizamon en Getxo, un palacio que ella visitó siendo joven.

Tras esta primera intervención, Mari Jose les pidió que contasen que era lo que habían aprendido, lo que más les había llamado la atención de la fotografía de Eulalia Abaitua. Todas estuvieron de acuerdo en comentar que era muy significativo ver como una mujer de una clase social acomodada no había dado la espalda a las realidades tan dispares que vivían a su alrededor. Por otra parte, señalaron la importancia de la figura de Eulalia en su papel como fotógrafa y coincidieron también en la idea de que tanto la fotografía como la escritura son una forma de narrativa y que aquel que las practica debe elegir con cuidado lo que quiere mostrar al público.

Para terminar, Mari Jose Olaziregi dio la oportunidad al público de formular preguntas y hubo quien se interesó por las fotografías de tema rural; Marie José señaló que había sido curioso observar como todas aquellas escritoras a las que les había correspondido una fotografía de este tema habían optado por dar la palabra a uno de los personajes que aparecían en las imágenes, haciéndolos protagonistas de su propia historia.

La mesa redonda transcurrió en un ambiente muy distendido y agradable. Desde el Museo queremos dar las gracias a todas las personas que asistieron y a las participantes que hicieron posible ésta actividad.