La irrupción de la mujer en el mundo laboral es una frase manida en la sociedad actual, utilizada una y otra vez para explicar o justificar cualquier problemática relativa a la relación mujer – trabajo. Un concepto, en opinión de la ponente, imposible de asumir a tenor de que el trabajo femenino asalariado fuera del espacio doméstico ha sido históricamente un hecho, con especial incidencia a partir del siglo XIX en el entonces recién estrenado ámbito industrial. 

Analizada históricamente constató que el trabajo femenino ha sido, y lo sigue siendo aún, en algunos aspectos invisible, tanto en los registros oficiales y estadísticos como para la sociedad. Una invisibilidad difícil de romper, fruto de la convergencia de los intereses de  los distintos estamentos sociales de la época en la construcción de un modelo social determinado, estructurado y ordenado, cimentado en la familia, en el cual la función de la mujer era la procreación y el cuidado de los hijos. Un modelo patriarcal y jerárquico que a principios del siglo XX decía proteger a la mujer, biológicamente inferior al hombre, en su vulnerabilidad, eliminando de paso su posible competencia en el mundo laboral.

Una situación que en EEUU y Europa se rompe en el periodo de entreguerras con la irrupción de una mujer instruida, moderna y autónoma mientras que en el Estado Español habrá que esperar al final de la dictadura para que la mujer pueda optar libremente por el mundo laboral. Una visibilidad tardía pero de gran fuerza en la sociedad actual que ha generado una legislación a favor de  los derechos de la mujer envidiada por el resto de los países europeos. 

La conferencia dio paso a un apasionado coloquio entre público y ponente con la exposición de vivencias personales y el análisis de la situación actual sobre el binomio mujer-trabajo.